Qué es eso de la pericia caligráfica... (II)
¿Cuál es su relación con la grafología? Siguiendo a Meyniel, la grafología es la ciencia que estudia el grafismo (garabatos, escritura y dibujos). Para la RAE, en cambio, es el "arte que pretende averiguar, por las particularidades de la letra, cualidades psicológicas de quien la escribe". Esta acepción recoge dos grandes prejuicios, al negarle en primer lugar, la condición de ciencia, y en segundo lugar al hablar de una "pretensión de averiguación", que denota un escepticismo de base casi insultante. Para la doctrina, el significado de la RAE tendría mejor acomodo con el significante grafopsicología (que sería el estudio de la personalidad o la psique en general, a través del grafismo; no lo busquéis en el diccionario, no está recogido, como tampoco grafocrítica o documentoscopia). Pues bien, la grafocrítica le debe mucho a la grafología, pues de ella proceden muchas de las técnicas que utilizamos los peritos calígrafos, grafonómicas y grafométricas, para identificar la autoría de un texto manuscrito, de una firma, o de una rúbrica, pero son disciplinas grafotécnicas distintas. Como hemos dicho, la grafocrítica se ocupa de estudiar la autenticidad del grafismo moderno (por contra, la diplomática estudia la autenticidad del documento antiguo), para ello los peritos calígrafos necesitamos al menos 2 documentos, uno dubitado (aquél que contiene el escrito que se somete a escrutinio), y uno o más indubitados (aquellos cuya autoría está fuera de toda duda, y con los que se coteja el dubitado para concluir si ha sido escrito, o no, por la misma persona); en cambio la grafología (conformada por la grafopsicología y la grafopatología) sólo necesita un documento para realizar su análisis, bien de la personalidad, bien de la patología, a través del grafismo.
¿Es la grafocrítica un método fiable para la identificación de la autoría de textos manuscritos? La respuesta es sí. A pesar de que se trata de una ciencia interpretativa, son tantos los elementos objeto de estudio en un informe grafocrítico (los hemos enumerado antes: velocidad, tamaño, dirección, inclinación, pero también gestos tipo, errores ortográficos, disgráficos, forma de utlizar los signos de puntuación, presión ejercida sobre el papel, idea de trazado...), que el porcentaje de acierto es cercano al 100%, siempre que como peritos sigamos una metodología completa, y seamos rigurosos y objetivos. Lo que ocurre es que habrá ocasiones en que no podamos alcanzar una conclusión categórica, bien por la especial dificultad del caso, bien por no poder contar con el suficiente número de documentos indubitados.
¿Y quién puede ser perito calígrafo? En un principio, en España, esta actividad fue desarrollada por profesionales acostumbrados a trabajar con documentos escritos, como archiveros, bibliotecarios y maestros de escuela; durante el siglo XX fueron los grafólogos los que tomaron el relevo, y más tarde se unieron los criminólogos. En realidad no existe titulación oficial en España sobre pericia caligráfica, pero los jueces vienen demandado profesiones con conocimientos, que se obtienen mediante cursos privados, algunos de los cuales se imparten al amparo de las universidades, pero no todos.
Pero entonces, ¿no existe regulación legal al respecto? Desde luego que sí, todo lo que en nuestro derecho positivo se dispone para la prueba, y más concretamente para la prueba pericial, es vinculante para la actividad ante nuestros tribunales del perito calígrafo, desde el artículo 24 de la Constitución, pasando por la regulación del dictamen de peritos de la Ley de Enjuiciamiento Civil (artículos 335 y siguientes), hasta la responsabilidad penal por falso testimonio (artículos 458 y siguientes del Código Penal), por cohecho (artículos 419 y siguientes del Código Penal) y por actuaciones indebidas en el ejercicio de su función (artículos 439 y siguientes, también del Código Penal).
En el caso de Bárcenas, ¿se puede saber quién es el autor de los papeles, contando sólo con fotocopias? El gran problema de las fotocopias es que pueden contener alteraciones informáticas o infográficas, y son virtualmente indetectables, con lo cual su autenticidad es siempre muy dudosa. Ello no quiere decir que no se pueda alcanzar una conclusión sobre identidad de autoría de los escritos que contienen, ya que sí son susceptibles de cotejo, aunque no podamos evaluar ciertas características escriturales, como la presión de los trazos ejercida por el autor. El problema, como hemos dicho, es que, aunque podamos identificar al autor o descartar que se trate del mismo que escribió los indubitados, no podemos saber si existen alteraciones respecto del documento original, lo que resta mucho valor a la identificación de autoría.
Luís Carlos Vicente Albéniz
Ldo. en Drecho y Perito Calígrafo
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